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Desde Paraje Sandú, Andrés Arcos

jueves, 19 de agosto de 2010

TODOS Y TODAS


Ahora está de moda usar los dos géneros en la misma frase para dirigirse a un grupo mixto de personas. Es políticamente correcto decir todos y todas, uruguayos y uruguayas, niños y niñas, etc. Detrás de esa moda hay una preocupación legítima por evitar el trato discriminatorio, sin embargo, no deja de ser un pobre artificio. Después de todo se sigue poniendo al género masculino en primer lugar. Si fuera al revés podría tomarse como una caballerosidad hipócrita.
Es curioso como una cosa bien intencionada puede ser un típico ejemplo de lo que se desea combatir. La nueva costumbre, propia de activistas de izquierda y políticos socialdemócratas, aparta prolijamente a los géneros. Aún cuando la idea es hacer todo lo contrario, queda bien claro que las diferencias siguen estando en la mente de las personas, como el racismo que se esconde tras los eufemismos usados para referirse a los negros: gente de color, morochos, morenos... quien los pronuncia teme que si dice negro o negra se lo confunda con un racista o, peor aún, quedar en evidencia.  
En lugar de ciertas palabras discriminatorias, se puede usar términos como: Seres Humanos, Personas, Gente, Humanidad, etc. Lo bueno de usar una palabra única o un concepto genérico es que integra en lugar de separar. Mejor Compatriotas que ciudadanos y ciudadanas.
Un país en el que las mujeres cobran un salario menor que los hombres por el mismo trabajo; en el que la moral reaccionaria condena el uso de preservativos y el aborto en defensa de la vida en un sentido abstracto, pero que demuestra una indiferencia despiadada hacia la vida en un sentido concreto. Una sociedad que acepta que los anuncios de detergente para lavar los platos, de jabón en polvo y de alimentos sigan dirigiéndose al público femenino, asumiendo que el lugar natural de las mujeres es la cocina o el lavadero, tiene algo más que problemas de lenguaje. 

Desde Paraje Sandú, Andrés Arcos

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